Martha is Dead es un videojuego de exploración y misterio con el contenido propio de un thriller psicológico. Fue desarrollado por LKA y distribuido por Wired Productions en 2022, agentes que ya nos sorprendieron años atrás con el lanzamiento de The Town of Light (2016). El idioma original del juego es el italiano y las voces fueron traducidas al inglés; no obstante, la interfaz y la parte textual subtitulada cuenta con una traducción completa a múltiples idiomas, incluyendo el español. El contenido, debido a la temática y por la presencia de algunas escenas explícitas es recomendable sólo a personas mayores de edad. También hay una posibilidad de jugar con algunas escenas censuradas pero en general, muchas partes del juego muestran escenas sangrientas. En esta reseña presentaré los aspectos básicos de Martha is Dead, su historia y algunas consideraciones finales.
La dinámica es similar a los juegos de exploración en primera persona. El personaje puede caminar e interactuar con el medio, cogiendo objetos pero también haciendo uso de ellos. En algunas escenas la utilización de un encendedor o de una lámpara será fundamental para guiarnos por la noche pero un elemento casi constante será la cámara de fotos. A lo largo del juego, la protagonista, Giulia, dispondrá de una cámara a la que podrá añadir diferentes tipos de lentes y suplementos varios como un trípode, el flash y diferentes tipos de películas (ISO) para optimizar los diferentes tipos de fotos. Esta entrada contiene la reseña de Martha is Dead, para consultar otros juegos similares visitar la siguiente sección.
Según una antigua leyenda, en los lagos de la zona habita el espíritu de una joven, que fue asesinada a manos del hombre al que amaba. Ella esperaba a su amado para dar junto a él un paseo por el lago y observar el viejo árbol que crecía en la isla del lago. Tanta esperanza y deseos… Pero lo que la esperaba era la muerte, y no el amor. El hombre, desesperado, confesó que la mató por celos, así que lo ahorcaron en la pequeña islita del mismo lago en el que había matado a la chica. Buscaron por todas partes, pero jamás encontraron el cuerpo de la muchacha. Desde entonces, su espíritu, al que llaman la Dama Blanca, vive prisionero en las aguas del lago, lamentando la pérdida del hombre al que amaba y a quien aún ama. Cuando la niebla aparece, la Dama Blanca puede salir del agua y deambular por el bosque en la inútil búsqueda de su amor perdido. Los cazadores dicen que han oído los llantos de una mujer en la distancia entre la niebla del amanecer. Cada vez que el triste recuerdo de la noche en la que falleció conmueve su alma, la Dama arrebata la vida a una mujer joven. Al sesgar una vida en plena juventud, sólo por algunos instantes, la Dama queda liberada de la carga del dolor.
La introducción está conformada por tres capítulos que nos revelan el contexto y el suceso inicial alrededor del cual gira la trama. El primer capítulo se titula La leyenda. Se trata de un recuerdo de verano que ocurre en 1929. Giulia está con su abuela y ella le cuenta le leyenda de la Dama Blanca (texto citado arriba). Con ella pasó tres años y aunque no nos da más detalles de las razones por las que se fue con ella, nos revela viviendo con su abuela estaba bien y que tenía una mayor conexión con ella antes que con su madre. Tras rememorar la leyenda dice que sólo allí fue feliz y que quince años más tarde ha vuelto a aquella casa, aunque la tata ya no se encuentra viviendo allí. Sólo puede entretenerse fotografiando el paisaje. Durante el segundo capítulo titulado El lago, aparece el primer hecho nefasto. Es el 16 de julio de 1944. En plena madrugada la protagonista se encuentra haciendo fotos cerca del lago cuando su objetivo parece haber enfocado algo extraño; se trata de un cuerpo flotando en la superficie del lago. Cuando corre nadando hacia él, descubre que se trata de una mujer vestida de blanco, como en la propia leyenda. Arrastra como puede su cuerpo hacia la orilla y allí descubre su identidad. Se trata de Martha, su propia hermana gemela, que ha muerto llevando uno de sus vestidos. Allí repite una palabra que se va hacer eco a lo largo del juego, «Martha no está muerta». De pronto aparecen dos siluetas, sus padres, mientras Giulia, incapaz de hablar, hace gestos de auxilio. Corren hacia ellas para socorrerlas y aquí tiene lugar un hecho singular que marcará el resto de la trama. La madre la abraza y al decir su nombre, la protagonista se da cuenta de un hecho. Las ha confundido. Cree que ella es Martha y la que está en el suelo es Giulia. Sus padres eran incapaces de distinguirlas físicamente y Martha llevaba el vestido de su hermana. No obstante, el hecho de que ella estuviera en shock y no hubiera pronunciado ninguna palabra facilita esa interpretación. Martha era sorda y no hablaba. Giulia, que sentía como su madre la había odiado tanto toda su vida [1] y ahora la abrazaba pensando que era su hermana, decide no hacerle salir del error. No habla, se hace la sorda y finge ser su propia hermana, adoptando un camino difícil y sin retorno. En el capítulo siguiente, El cuerpo, vemos a Giulia rezando frente al ataúd descubierto de su hermana. Parece que están velando al muerto, algo que se suele hacer en el catolicismo antes del entierro y que en la historia parece durar varios días. El padre está en el sillón, dormido. Ya se ha hecho de noche. La radio y esa primera interacción con los objetos de la casa nos ofrecen un primer contexto para situarnos en el ambiente histórico del juego.
El juego está situado en Italia, en alguna parte de la Toscana cercano al pueblo de La Romola y San Casciano. Están en el verano de 1944, en la etapa final de la segunda guerra mundial. La familia se ha mudado a esa casa de campo temporalmente mientras la tata se ha quedado en el hogar habitual de la familia. El padre, Erich K., es un oficial del ejército alemán y parece consternado por la muerte de su hija, especialmente porque tenía una mayor predilección hacia la protagonista a quien cree muerta. De su madre, Irene E., no sabemos si es nativa de la región, pero en aquellos instantes se nos la describe como alguien más preocupada por la pena de su hija viva que por la muerte de la que ha fallecido. En este escenario, la protagonista repasa algunos de los objetos de la estancia y nos describe la situación de su familia. A continuación enciende las grandes velas que hay alrededor del cuerpo del féretro y coloca unas flores que le da su madre en la entrada de la casa. Todo eso mientras suenan unas campanas fúnebres y en la radio afirman que la hija del general alemán ha sido asesinada. Esa noche, al dormir, la protagonista tiene unas pesadillas horribles. Corre por el bosque mientras se forman unas palabras en el horizonte que forman la frase «Martha ha perdido su alma. Yo le robé su identidad». A continuación, aparece el cuerpo sin vida de Martha y la protagonista, en sueños, le arranca la cara con lo que parece ser su medallón para acto seguido colocársela delante como una máscara, representando con este turbia escena el acto de apropiarse de la identidad ajena.
El cuarto capítulo, titulado La habitación empieza a la mañana siguiente (18 de julio). Giulia se despierta en la cama de su hermana y empieza el juego propiamente dicho. Se nos describe un dormitorio lleno de grabados propios de los fairy tales, una colección de mariposas disecadas y su bolso, el inventario del juego que contendrá elementos clave para guiarnos en la historia. En un primer momento disponemos de un mapa y de una llave que nos da acceso al diario personal de Giulia. Éste se actualizará conforme avance la historia y podemos ver en él algunas de las inquietudes y vicisitudes de la protagonista. En este primer episodio aparecen dos elementos clave. Lapo es el novio de la protagonista y su relación parece complicada porque él es un joven partisano que está en plena lucha contra el régimen dictatorial. El otro elemento son las cámaras del lago. Antes de lo sucedido, ella había dejado unas cámaras situadas en la orilla programadas para hacer fotos con temporizador. Su contenido le puede ser de gran valor para esclarecer qué ocurrió en el lago realmente ya que afirma en alguna ocasión que no recuerda bien lo sucedido.
Al llegar a la planta baja, descubre que sus padres se han marchado porque tienen que organizar los preparativos para el funeral. El cuerpo de Martha sigue ahí al descubierto y sobre la mesa encuentra la cámara fotográfica que Erick quería dar a su hija en vida, una Rolleicord de 1940. Esta cámara va a ser fundamental en la historia porque la dinámica del juego ahonda mucho en la importancia de la fotografía y el proceso de revelado. En una sala especialmente dedicada a ella, situada en el sótano junto a la bodega, podremos revelar fotos haciendo uso de los negativos, la ampliadora, el papel fotográfico y los reveladores [2]. A través de las fotos, la protagonista podrá recordar hechos olvidados, tomar objetividad y distancia frente a los acontecimientos pero también acercarse a una verdad oculta que se manifiesta de forma paranormal [3].
El siguiente capítulo, Los rollos, tiene lugar esa misma noche. Giulia, se levanta y decide hacerle una foto a su hermana muerta. Cuando se acerca a ella, experimenta una alucinación y ve su rostro en estado de descomposición durante unos segundos. No obstante, decide proseguir en su empeño y para ello sube al cuarto de su padre donde guarda el flash. Tras conseguir hacerle una foto en medio del anochecido salón, baja a la habitación de revelado. El resultado es una fotografía que nos recuerda a las fotos post-mortem o retratos de luto que solían realizarse en el siglo XIX. Allí, encima de la mesa, descubre un primer conjunto de filtros para la cámara. El más importante es un objetivo y un film para fotografías en infrarrojo, algo que va a permitir captar cosas que el ojo humano no puede aprehender. Cuando descubre que el simple rostro de su difunta hermana no puede darle mayor información, decide ir a buscar las cámaras que dejó en el lago. Para ello, busca las llaves de la casa, se hace con una lámpara de gas y deambula por el bosque rumbo al lago, momento en el cual tiene una segunda alucinación, al aparecérsele la imagen de una mujer que recuerda a la Dama Blanca. Tras recoger las tres cámaras, la alucinación vuelve con mayor fuerza y termina ella corriendo de nuevo por el bosque hasta llegar a una especie de calvario que conduce a una representación macabra de la casa. En ésta, la protagonista, por la estatura por la que parece percibirlo todo, parece una niña. En el centro de la sala aparece el cuerpo de Martha embarazada pudriéndose, una mujer ahorcada que parece identificarse con la propia protagonista de mayor y finalmente una inundación que termina por llenarlo todo de agua, en clara alusión al lago.
En el sexto capítulo, El bosque, tres días después de la muerte de Martha (19 de julio), Giulia se despierta en la cama, cubierta de sangre tras una pesadilla [4]. Su atención pronto se enfoca hacia la necesidad de lavarse y otros detalles son obviados [5]. Tras cambiarse, suena el teléfono y decide espiar la conversación. Escucha a su madre afirmando que Lapo podría estar detrás de la muerte de su hija, dejando entrever que tenían una relación que iba más allá de la amistad. El sacerdote no cree que él sea responsable, pero sí menciona que pudo influir la abuela al llenarle la cabeza de leyendas y cosas oscurantistas como el tarot, al que considera objeto maldito. Tras la conversación, ella decide subir a la habitación de sus padres para recuperar las cartas [6] pero allí encuentra algo más extraño, una nota que parece firmada por su hermana. En ella le dice que ha descubierto que Giulia está embarazada y que vaya al lago para observar cómo se le empieza a notar ya la barriga. También hay otra nota de la tata que le dice a su madre que antes de abandonar la villa, cerró la habitación de la pequeña Giulia con llave, dándonos a entender que dentro hay algo que la madre no quiere que la hija vea.
Cuando baja, el periódico ya empieza a informar de la lucha en Normandía y de los bombardeos próximos en tierras italianas. El ruido de los aviones sobrevolando la zona parece indicar que hay enfrentamientos bélicos no muy lejanos. No obstante, ella baja directamente al sótano para revelar los rollos de las tres cámaras del lago. En éstas se ve a ella misma corriendo hacia el muelle y sujetando el cuerpo de su hermana. Piensa entonces que quizá tiene que acudir a la Dama Blanca para poder averiguar más sobre la historia. Antes de ir de nuevo al lago, aparece una misión paralela que tiene que ver con las fotos infrarrojas. En una primera foto dentro de la bodega aparece un mensaje tras el revelado y cada mensaje es a su vez una pista para una posterior foto, habiendo un total de diez fotos infrarrojas, algunas con un claro contenido paranormal [7]. Tras este primer descubrimiento, Giulia decide ir de nuevo al lago para investigar pero en su camino escucha gritos y disparos. Unos soldados alemanes parecen estar disparando a alguien. Tras escuchar un estruendo decide acercarse al foco del ruido y descubre que es Lapo quien ha pisado una mina terrestre tratando de huir. Ella, horrorizada al ver el cuerpo destrozado de su novio, decide coger el pañuelo rojo que tiene en el antebrazo y se lo coloca en el cuello. Al sacarle la prenda descubre que Lapo escondía ahí una nota. No obstante, mientras la lee, recibe un disparo y cae al suelo. Los soldados alemanes que perseguían al partisano le disparan sin saber que era la hija de un oficial. Al descubrirlo, deciden huir del lugar por miedo a sufrir represalias. En la carta, dirigida a Giulia, se hace evidente que él sí las distinguía y que no se cree que la que haya muerto fuera ella, sino su hermana Martha. Quería reunirse con ella, pero su vida terminó antes de poder entregar la nota. Tras caer inconsciente, la protagonista vuelve a tener una especie de pesadilla donde se dibuja la frase «Martha, te devuelvo tu aspecto». En esa ensoñación aparecen Martha y Lapo muertos, sobre el muelle, cogidos de la mano. Giulia se quita la máscara (el rostro de Martha) y se lo devuelve. Antes de terminar el sueño, aparece una segunda frase, «Ahora veo con mis ojos». En esa escena el cuerpo de Lapo aparece sin piernas, solo, sobre el muelle. La Dama Blanca sale del lago y se lo lleva arrastrándolo hacia sus aguas.
Tras la escena, aparece un breve teatro con una marioneta que representa la muerte. Habla de una historia donde dos hermanas gemelas estaban destinadas a morir. La muerte les dijo que debía llevarse primero a Giulia y como no las podía distinguir, ambas afirmaban ser Martha. Aunque la muerte les explicó que ambas iban a morir pronto, ellas insistieron en su juego para confundir a la muerte. Una de las dos dio un paso al frente y la muerte pensó que sería Martha sacrificándose por su hermana. Cuando le preguntó cómo habían llegado a ese acuerdo, ella le confesó que habían usado un medallón con el nombre de ambas y que habían echado su suerte al destino. Como nadie engaña al destino, la muerte aceptó su argumentación ya que el destino tenía sus propias normas y no podía estar equivocado. No obstante, lo que no sabía la muerte es que el medallón tenía el nombre de Martha en ambas caras. Habían logrado burlar al destino y a la propia muerte pero ésta estaba dispuesta a devolver el orden a las cosas y llevarse la vida de ambas.
El séptimo capítulo, El entierro, ocurre cuatro días después de la muerte de Martha. Tras el accidente, Giulia sobrevive y se despierta en la cama con la herida vendada y magullada por el dolor. Su madre ha estado a su lado toda la noche. Su primera preocupación es recuperar el bolso ya que teme que su madre haya leído la carta de Lapo donde expresa su convicción de que es Martha quien realmente ha muerto. Al encontrarse con la carta, consigue terminarla y encuentra allí un número de teléfono secreto. Éste abre pie a una segunda misión paralela que tiene que ver con los partisanos [8]. Cuando baja de su habitación, el periódico se ha hecho eco del accidente atribuyendo el disparo a los enemigos del sistema. Allí suena el teléfono y aunque al principio sólo pretende escuchar y colgar, al descubrir que es su abuela, decide confiar en ella y hablar. Entre otras cosas, ella le pide que le enseña a comunicarse con la Dama Blanca y su abuela le indica todas aquellas cosas que debe reunir: encontrar la tumba del amor de la Dama Blanca, cortarse un mechón del cabello, esperar a la niebla y encontrar algo que conecte ambos mundos. Antes de marchar, decide despedirse de su hermana, cuyo cuerpo se encuentra en la capilla cercana. Justo cuando va a entrar, se encuentra con un gorrión muerto y decide cogerlo para colocárselo en el pecho, como una señal de su amor hacia ella. Al salir, encuentra un cuervo que no para de graznar hasta el punto que consigue conducirla hasta un riachuelo cercano. Allí encuentra un trozo de tela roja que parece hecha del mismo tejido que el jirón que encontró en la orilla junto al lago. Enlazando esto a la máquina de coser y a las telas que guarda su madre en el sótano, empieza a sospechar que la madre pudo estar involucrada en la muerte de Martha, especialmente si la confundió con su otra hija. Tras esta reflexión, se hace la noche y aparece una cinemática donde se ve el camino del ataúd hacia el cementerio. Giulia, absorbida por sus pensamientos y sospechas, no llegó a asistir al funeral. En lugar de eso, se quedó en la casa y fruto quizá del odio o del despite, empezó a tocar el piano [9]. Al llegar a casa, su verdadera identidad queda al descubierto ya que Martha era sorda y sólo Giulia sabía tocar el piano. Su madre discute con ella, le da una paliza y amenaza con encerrarla en un manicomio.
El octavo capítulo, La Dama, ocurre cinco días después de la muerte de Martha, un día después de su funeral. Giulia, absorbida por la leyenda que le leía su abuela, decide comunicarse con el ente que habita en el lago. Averigua qué tumba guarda el cuerpo del amante de la Dama a través de los infrarrojos de la cámara. Con el revelado se muestra el espíritu del hombre ahorcado tiempo atrás que se sienta sobre su propia tumba. Al volver al lugar descubre detrás de las piedras una cruz que debió pertenecerle en vida, el elemento clave que va a atraer a la Dama con el ritual. Con la cruz y su mechón de pelo, recuerda ese tercer elemento que debe ser un puente entre ambos mundos. Reflexionando, cree que el vestido que usó cuando se metió en el lago puede servir porque quedó abandonado en el bosque y pertenece ya a ambos mundos. En esta prenda Giulia descubre un nuevo rollo fotográfico. La mañana que encontró el cuerpo de Martha se encontraba en el lago cambiando los rollos de las cámaras. Su contenido, por tanto, puede aportar un nuevo enfoque a la historia.
Con todos los ingredientes, se dirige con la barca al pequeño islote y allí, en medio de la niebla, se le aparece la Dama Blanca. No obstante, sus palabras son más confusas porque aunque parece lúcida, le da a entender que sólo en su mano está encontrar la causa porque hay algo en su interior oculto que toma el control de su voluntad y que se alimenta de las heridas de su alma. Su respuesta también parece indicar que debe buscar en el hijo, el pecado original. Sólo así podrá deshacer el nudo que se ha roto y restablecer el ciclo de la vida. Tras esto, la Dama la arrastra con ella al lago y allí nada bajo una realidad que parece alterada, onírica. Ve bajo el agua el árbol donde ahorcaron al hombre de la leyenda, pero en esa alucinación aparece la hermana ahorcada boca arriba. En sus manos porta una llave. Es la llave que abre la caja personal de Martha.
Tras esto, Giulia despierta, encontrándose en la bañera con la llave entre las manos. Se dirige hacia el dormitorio y allí abre la caja. Dentro hay una nota. Está fechada el día dieciséis y está dirigida a ella. En su contenido, Martha le dice que realmente nunca fue sorda y que un día decidió dejar de hablar al comprobar como su madre la quería más. Dejó una grabación escondida para dar pruebas de este hecho. En esa grabación ella le explica lo sucedido. Ella quedó embarazada de Lapo y aprovechando que habían intercambiado las camas como solían hacer, ella se puso un vestido suyo y dejó una carta a su madre para que acudiera al lago y descubriera en su cuerpo el embarazo. Entonces podría decirle a la cara todas las cosas que siempre quiso decirle a su madre. Su última voluntad, es que ella tome su identidad y pueda tener con ella la vida que nunca tuvo. Parece evidente que ambas ya no se van a encontrar nunca más y que o bien Martha se ha ido al lago para morir ahogada o que la madre, en un arrebato, viéndola embarazada y creyendo que era Giulia, la mató [10].
El noveno capítulo, El cementerio, ocurre seis días después de la muerte de Martha. Es por la tarde. Después de haber escuchado la grabación, Giulia está cada vez más convencida de que fue la madre quien mató a su hermana. Sube al dormitorio de su padre y coge una de sus pistolas. Su intención es acorralar a la madre y hacerla confesar. La radio advierte que las tropas aliadas están avanzando ya por el territorio, habiendo adquirido posiciones en La Romola. Al bajar, descubre un mensaje del Hospital Psiquiátrico Volterra [11]. Su madre ha pedido el ingreso de su hija en un manicomio y éste ha sido aceptado gracias a la recomendación de un doctor. Este hecho acelera las sospechas hacia su madre y evidencian el tremendo odio que tiene hacia su hija. Decide ahora ir al cementerio para comprobar la veracidad de la historia de Martha, su embarazo. Allí, tras descubrir la tumba de Lapo y encontrar las llaves al panteón familiar, se vuelve a encontrar con su hermana. El ataúd está allí sobre una repisa, rodeado de velas, con un fresco con dos ángeles pintados, coronas de flores y varias banderas del partido nacionalsocialista. Giulia se acerca al ataúd y abre la tapa. Tras esto, desabrocha el vestido de su hermana lo suficiente para hacer visible el abdomen y entonces clava en él las tijeras que guardaba en su inventario. En su interior encuentra aquello que andaba buscando. Como se evidencia, hay un feto en el interior del cadáver. Parece un feto monstruoso y bicéfalo, fruto quizá de una malformación entre dos gemelos. Tras sacar el feto deformado, lo coloca sobre el pecho de Martha y decide hacerle una foto con el objetivo de tener pruebas pero también cerciorarse de esa realidad. Tras esto, vuelve a casa con el objetivo de revelar las fotos y hacer confesar a la madre.
Cuando acude al sótano, la encuentra dormida en la silla frente a la habitación de las fotografías. Ella entra dentro, activa la grabadora de audio y acude a despertarla para hacerla hablar. No obstante, cuando esto ocurre, Giulia pierde la consciencia y lo único que se entrevé es a ella misma disparando contra su madre en el suelo. Ahí se evidencia esa entidad oscura en su interior de la que le habló la Dama Blanca. Cuando se dirige a revelar los negativos, una bomba cae cercana a la casa y todo el edificio se queda sin luz. La habitación está inoperativa pero ella descubre que su madre tiene la llave de su antigua habitación, aquella que quería ocultar a toda costa. Allí no descubre otra cosa que un teatro de marionetas. A través de él, Giulia juega y empieza a recrear todas las historias para recordarlas y cohesionarlas con su identidad. Aparece la leyenda de la Dama Blanca, incluyendo el ajusticiamiento de su asesino y el posterior rapto de una joven por parte del espíritu de la difunta. También aparece un diálogo entre ella y su hermana en el que manifiestan tener miedo a ser pobres al perder la guerra y donde ella parece sospechar que algo ha sucedido entre Martha y Lapo ya que lo vio salir del granero donde supuestamente ella debía estar. Hay una tercera escena que intenta recrear la muerte de Martha a manos de su madre y finalmente la muerte de ésta a manos de la protagonista. Tras esta escenificación, ella descubre que todavía tiene a su lado la cabeza de su madre muerta, como si ese descuartizamiento no hubiese sido un juego realmente. Decide ir con ella hacia el lugar que había representado, debajo del puente y descubre allí que efectivamente la había intentado enterrar.
Al volver, la luz ha vuelto. No obstante, los bombardeos en las poblaciones vecinas se hacen evidentes y hay muchos edificios en llamas. Decide entonces bajar de nuevo al sótano y revelar el último negativo de la cinta, el que pertenece al rollo que encontró en la prenda cuando se disponía a comunicarse con la Dama Blanca. Lo que puede ver en la foto es a ella misma golpeando a Martha en la cabeza. Tras descubrir este hecho, decide coger la pistola de su padre y dispararse en la cabeza. Empero, en la escena irrumpen unos soldados que han entrado en la casa. Decida o no dispararse, acabará detenida y atada a una silla. A su lado estará su padre atado e inconsciente y un grupo de soldados aliados la golpearán indefinidamente, rompiéndole la cara y partiéndole el labio hasta que afirme entre balbuceos todo lo que ellos quieren que diga. Acto seguido ejecutarán a su padre al ser un oficial alemán y el jefe del pelotón ordenará a un soldado que la asesine. El soldado en cuestión, al ver que se trata de una joven y no hay nadie más a su alrededor, decidirá disparar a un lado y perdonarle la vida.
Al despertar, se siente totalmente rota y vacía. El dolor es inmenso pero tiene unas últimas fuerzas para moverse y acceder al cuarto oscuro. Allí revisa la grabación del supuesto interrogatorio a su madre. Ella habló de la nota en su cuarto y que junto con su padre, la encontraron en la orilla del lago en ropa interior repitiéndose constantemente que no había pasado nada. Parece realmente aterrada y preocupada por su hija pero antes de que prosiga el diálogo, se escuchan los disparos de Giulia hacia su madre. Ante este hecho, decide volver a la habitación de las marionetas y tratar de recrear los hechos que ha mencionado su madre y que debieron suceder en la infancia. Allí recrea su nacimiento y las complicaciones que sufrió su madre con el parto. Luego hay una escena donde su madre trata de pintar un cuadro pero ella no para de pedirle cosas y quejarse; harta de las interrumpciones, ésta coge un bastón de su marido y la golpea fuertemente en la cara. Luego hay una escena donde están ambas hermanas jugando y se hace evidente que Irene tiene a Martha como a su preferida, odiando profundamente a Giulia. Finalmente hay una escena muy fuerte donde la madre, cansada de sus insolencias, mata al perro, lo cocina y le obliga a la hija a comérselo. Tras estas recreaciones de crueldad y trauma, recuerda unas palabras de la Dama Blanca. Le hablaba de la Iglesia como un lugar seguro. Entonces decide coger el teléfono y llamar al párroco, Don Attilio. Al escuchar su voz, le pide inmediatamente que acuda al pueblo, a San Casciano. Inmediatamente, ella sube en su bicicleta y se marcha de la villa. Cuando llega al pueblo, un grupo de soldados alemanes está custodiando la plaza. No obstante, no se acerca a ellos porque ya no confía en nadie. Decide entrar en la Iglesia.
Allí tiene lugar una última escena alucinatoria. El interior de la iglesia está llena de marionetas rezando y cuando se acerca al frente, hay un velo que esconde un mundo lleno de cruces, muñecas rotas y cuervos, como alegoría a la destrucción física, psíquica y moral que ha producido la guerra y la locura tanto en su cuerpo como en su mente. La historia posterior nos narra que al acudir a la iglesia, un equipo del hospital psiquiátrico la estaba ya esperando para llevársela y sólo recuerda una luz cegadora al entrar. Poco después de marcharse de allí, la iglesia también fue bombardeada y todos los que estaban en su interior murieron. En la alucinación ella llega a un espejo donde se encuentra con una muñeca que representa una imagen escindida de sí misma, como una Martha que se comunica bajo el lenguaje de signos. En ese diálogo, la protagonista puede decir la verdad, mentir, asumir su ignorancia y puede actuar como Martha o como Giulia. Lo que da a entender es que al final ya poco importa la verdad porque todos han muerto, incluyendo su hermana, los padres, la tata y el joven Lapo. Al final nos da a entender que la realidad es confusa y lo único de lo que disponemos es una reconstrucción que hace la propia protagonista a través de sus recuerdos, deseos e interpretaciones. Como dice, las preguntas que se hace a sí misma parecen absurdas ya que todo lo que hay está dentro de uno mismo, como un reflejo de una existencia incierta y de la cual poco sabemos. Después de este diálogo triste la protagonista se autolesiona y trata de morir, pero por lo que sabemos y tal y como nos sigue diciendo, siguió viva en el manicomio años después, aunque con el tiempo, su fuego se fue extinguiendo y sólo le quedó una sensación de vacío fruto del deterioro, la soledad y la medicación. Cuando termina su diálogo parece que siente que su final está cerca, bien pudiendo ser aquella escena de la mujer ahorcada, un preludio de lo que está por acontecer.
[1] Este odio de la madre hacia su hija aparece a lo largo de toda la historia. En los primeros capítulos la madre dice en alguna ocasión que Giulia les hizo daño a ambas. A Martha porque según un informe ella sufrió daño neurológico debido a una presión excesiva de la gemela durante el periodo embrionario, algo que pudo causarle sordera. A Irene, porque después del parto, ella no pudo volver a concebir. Esto hechos parece ser tomado como escusas por la madre para volcar en ella toda su frustración.
[2] Aunque el proceso parece complejo, el propio juego adquiere que el proceso está simplificado ya que durante el proceso el papel de revelado tiene que pasar por varios lavados y secados que llevan horas.
[3] Aunque al principio las fotos nos revelan la verdad, a lo largo del juego aparecen algunas dudas pues también quedan revelados hechos que no pueden haber sucedido como la alucinación que sucede tras el primer encuentro con la Dama Blanca. Si llegamos incluso a dudar de la existencia de Martha, todas las fotografías también sería fruto de su ruptura con la realidad.
[4] La cantidad de sangre hace dudar a la protagonista de que se trate de su periodo. Más bien parece un sangrado fruto de alguna patología, enfermedad o un aborto espontáneo.
[5] La foto que se hizo Giulia el día previo aparece ahora invertida sobre la mesita. Cuando la protagonista interactúa con ella, no dice nada, simplemente vuelve a dejar la foto donde estaba. Este vacío no es un error del juego sino que es evidentemente intencional.
[6] Giulia podrá utilizar el tarot una vez al día, haciendo una tirada simple de tres cartas para conocer su devenir aunque en alguna ocasión aparecerá una tirada de cuatro. Hacia el final del juego, las tiradas serán la forma de comunicarse con la Dama Blanca. Un dato importante es que muchos de los sucesos y escenas que aparecen en el juego tienen una correspondencia con los arcanos mayores.
[7] Los mensajes que aparecen en las imágenes infrarrojas son: El que huye de la luz se esconde tras ella, Una encrucijada, un camino hacia la vida y otro hacia la muerte. Si pasas por un puente con poca dignidad, gira inmediatamante: la piedra está ahí. El agua salpica al agua. El último paso entre las flores ensangretadas, bajo el signo de la obediencia. Las otras cuatro fotos revelan imágenes de fantasmas.
[8] Esta misión secundaria implica llamar por teléfono al contacto de Lapo y seguir su misión. Comunicándose a través del telegrama, deberá cortar la comunicación del bunker secreto, hacer fotos a los mapas de su padre, indicar la localización del tanque alemán y la posición de las armas en la base que se encuentra escondida en el bosque.
[9] Este hecho, coherente con el desarrollo de la historia, también puede adquirir otro significado psicoanalítico cuando prestamos atención a sus reflexiones sobre el manicomio.
[10] Aunque esta versión de la madre empieza a perder fuerza conforme avanza el juego, durante estos momentos parece plausible, más todavía al descubrir la medicación que toma la madre y sus antecedentes de violencia.
[11] Escenario donde tiene lugar la historia de The Town of Light. El 10 de junio de 1944 se le aplicó la lobotomía a la paciente Renée T. mientras que el suceso del lago ocurre el 16 de julio del mismo año, un mes después. En el otro juego también podemos encontrar este tipo de referencias cruzadas.
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