Idiomas

Griego – Flexión verbal. Introducción

Frederic Lord Leighton, Hercules Wrestling with Death for the Body of Alcestis, c.1871

Flexión verbal del griego. Introducción.

Enunciado del verbo

Para enunciar un verbo en griego se utilizan cuatro formas, todas de indicativo, en primera persona y en singular. Así pues decimos la primera persona en singular del presente, del futuro, del aoristo y del perfecto. Todas ellas del indicativo.

γίγνομαι, γενήσομαι, ἐγενόμην, γέγονα (llegar a ser)

Esto es así porque hay cuatro temas independientes. Enunciando estas cuatro formas podemos conocer los temas para cada uno de los tiempos. De la primera forma extraemos la raíz γίγν- (para formar los otros tiempos, incluyendo los de presente), de la segunda γενήσ- (para formar los tiempos de futuro), de la tercera ἐγενόμην (para formar los tiempos del aoristo [1]) y de la cuarta γέγον (para formar los tiempos de perfecto).

Características principales:

Conjugaciones. En griego hay dos tipos principales. La conjugación temática (verbos terminados en -ω) y atemática (verbos terminados en -μι). Dentro de cada categoría hay otros grupos aunque en algunos manuales los verbos contractos de la primera clasificación se suelen explicar a parte.

Primera conjugación. Verbos temáticos en -ω.

– Temas en vocal. Contractos (-α-ε-ο)  y no contractos (-ι-υ)

– Temas en consonante. Oclusiva y en líquida.

Segunda conjugación. Verbos atemáticos en -μι.

Voces. En griego hay tres voces. Activa, media y pasiva. En la activa el sujeto realiza la acción (Platón enseña filosofía), en la pasiva el sujeto sufre la acción (La filosofía es enseñada por Aristóteles) y en la media el sujeto realiza y sufre la acción, es decir, repercute sobre él (Sócrates aprende filosofía).

Modos y tiempos: En griego hay cuatro modos principales (Indicativo, Subjuntivo, Optativo, Imperativo, las formas nominales del verbo (Infinitivo, Participio) y varios tiempos relacionados o agrupados en los distintos modos.

Número y persona: En griego como ya sabemos hay tres números: singular, dual y plural. El verbo tiene tres personas: primera, segunda y tercera en todos los tiempos de Indicativo, Subjuntivo y Optativo. En imperativo solo tiene segunda y tercera. En el griego koiné sólo se empleó en segunda persona.

Temas del verbo. En los verbos griegos podemos encontrar el tema (contiene el sentido léxico de la palabra) y uno o más afijos (prefijo, infijo y sufijo). El principal tema que acompaña el tema del verbo es el tema personal que se expresa a través de unas desinencias. Además de éstos también podemos ver el tema modal que nos indica la voz en la que se expresa en verbo.

Temas temporales. Hay cuatro temas temporales. Presente, futuro, aoristo y perfecto. Sobre cada uno de estos temas se forman unos tiempos verbales determinados.

Aumento. El aumento es un morfema que se añade como prefijo ε- al inicio del verbo. Se utiliza en el imperfecto, el aoristo y el pluscuamperfecto de Indicativo. El aumento puede ser silábico o temporal. En el primero no hay alteración puesto que el verbo empieza con consonante (λύω→ἔλυον). En el segundo, al empezar el verbo con vocal, sufre contracción (ἄγω→ἦγον; οἰκέω→ᾤκουν). [2]

Reduplicación. Es la repetición del sonido inicial del verbo, seguido de ε, principalmente ocurrida en perfecto, pluscuamperfecto y futuro perfecto (en todos los modos) aunque algunos verbos tienen reduplicación en presente y aoristo. La regla general es que ésta se da ante verbos que empiezan por consonante simple (excepto ρ) y la mayor parte de los que empiezan por consonante oclusiva seguida de líquida. Por ejemplo, en el verbo γράφω, γράψω, ἔγραψα, γέγραφα (escribir), vemos como en su última forma, el perfecto, se repite la primera consonante quedando el aumento -ε- entre ambas.

Modos:

Indicativo. Simplemente afirma la realidad tal cual es o incluso la irrealidad en un sentido negativo. Aquí entran las afirmaciones, las opiniones, las órdenes, los hechos, los indicativos causales o las preguntas.

Subjuntivo. Es lo objetivamente posible. Representa la acción como incierta pero probable. Tiene tres valores: el volitivo, el deliberativo o dubitativo y el prospectivo o eventual.

Optativo. Es lo subjetivamente posible. En nuestro lenguaje, esta modalidad no se diferencia del subjuntivo. En griego se enfatiza esa distinción. Mientras el subjuntivo expresa una probabilidad, el optativo la posibilidad y el deseo. Marca la duda. En oraciones principales encontramos un optativo desiderativo (deseo puramente realizable o puramente imaginario), potencial desiderativo (posibilidad razonable de presente o futuro), potencial de afirmación (una forma mitigada de potencial donde intervienen matices de delicadeza, precaución o incluso ironía), optativo de voluntad o intención y de concesión o prescripción.

Imperativo. Es lo volitivamente posible. Tiene una relación muy estrecha con el subjuntivo volitivo, pero se emplea para mandatos, prohibiciones u ordenes negativas, concesiones, permisos o suposiciones (imperativo hipotético) y en algunas oraciones subordinadas para dar cierto matiz.

Tiempos:

La mayoría de tiempos que encontramos en el Griego clásico son tiempos que ya conocemos en idiomas como el Español o el Latín, pero conviene realizar una explicación por la presencia de algunas particularidades como el aoristo. Como vemos, sólo el Indicativo tiene los siete tiempos verbales. El Imperfecto y el pluscuamperfecto son únicos de este modo. El subjuntivo y el imperativo presentan sólo tres tiempos (Presente, Aoristo y Perfecto) y el optativo cinco, coincidiendo con las formas nominales del verbo. El aoristo se asemeja a lo que en español conocemos como pretérito perfecto simple o indefinido pero conviene estudiarlo a parte por sus peculiaridades.

Presente. Expresa actualidad, progresión, linealidad o acción en curso. Se usa para expresar el estado actual de desarrollo de la acción o la permanencia, para expresar acciones que son un hábito o que se repiten frecuentemente y para expresar el carácter ingresivo de la acción (empezó pero perdura) o conclusivo (percepción del carácter progresivo de los resultados de la acción). También para la intención actual, el presente histórico y el presente intemporal (gnómico) utilizado en máximas y proverbios. (Ej. Yo amo, él dice, nosotros viajamos).

Imperfecto. Expresa la acción continua en el pasado, como una acción incompleta en desarrollo y explica la noción de término de la acción iniciada. Puede ser un imperfecto narrativo y descriptivo (acción durativa incompleta) o imperfecto epistolar (el autor se coloca en el plano temporal del lector y las acciones actuales se perciben como pasadas) usada en textos y pariros antiguos. (Ej. Yo amaba, él decía, nosotros partíamos).

Futuro. Representa una acción futura. No tiene en principio un aspecto puntual o durativo aunque algunos gramáticos así lo defienden. (Ej. Yo amaré, él dirá, nosotros partiremos).

Aoristo. Retrata el evento sin atender a los pormenores de su desarrollo, como una instantánea. Indica por un lado, un carácter puntual de la acción y por otro, indiferencia en relación al carácter puntual o durativo del evento. Si la raíz del verbo implica momentaneidad, el aoristo simplemente remarca esa acción. Si la raíz del verbo es durativa, el aoristo puede desarrollar tres matices: ingresivo, perfectivo y totalizante. Ingresivo expresa el comienzo de una acción que se realizó en el pasado, el perfectivo recae sobre el momento terminal de la acción (normalmente en verbos que implican esfuerzo) y el totalizante, simplemente remarca el acto total sin prestar atención a la duración. (Ej. Yo amé, él dijo, nosotros partimos).

οὐρανοῦ δ’ἄπο ἤστραψε, βροντὲ δ’ἰρράγν δι’ἀστραπῆς (Surgió en el cielo un relámpago y, con el relámpago, estalló un trueno)

Perfecto. Es el tiempo de la acción completa. La acción se realizó y ha sido terminada. Expresan un perfecto resultativo cuando se pone el énfasis en el estado actual y estable de una acción pasada (está muerto, sufro), perfecto de acción concluida cuando se pone él énfasis en la acción pasada más que en los resultados (los aposentos acaban de ser construidos) y perfecto aorístico usado en época helenística para enfatizar que la acción pasada tiene un valor o significado actual. (En español, Yo amé, él dijo, nosotros partimos).

Pluscuamperfecto. Expresa un estado pasado como resultado de una acción concluida en el pasado. Es decir, una acción que expresada en pasado, implica a una acción todavía anterior. (En español Yo había amado, él había dicho, nosotros habíamos partido).

Futuro perfecto. Proyecta en el porvenir un valor del tema del perfecto, es decir, un tema concluido o acción pasada expresada en un futuro. (En español, Yo habré amado, él habrá dicho, nosotros habremos partido).

Flexión verbal del griego. Formación de los verbos

  • Tema temporal

El verbo de una oración debe concordar siempre con el sujeto en persona y en número. Cuando enunciamos un verbo, lo que obtenemos son cuatro formas (Presente, futuro, aoristo y perfecto). Cada una de estas formas representa los cuatro temas fundamentales del verbo, es decir, el tema del cual partimos para señalar el tiempo verbal. A partir de los cuatro temas del enunciado podemos formar los los siguientes tiempos.

Tema de Presente → Presente (Indicativo, Subjuntivo, Optativo, Imperativo), Imperfecto (Indicativo) y formas nominales (Infinitivo y Participio).

Tema de Futuro → Futuro (Indicativo, Subjuntivo, Optativo, Imperativo) y formas nominales.

Tema de Aoristo → Aoristo (Indicativo, Subjuntivo, Optativo, Imperativo) y formas nominales.

Tema de Perfecto → Perfecto (Indicativo, Subjuntivo, Optativo, Imperativo), Pluscuamperfecto y Futuro Perfecto (Indicativo) y formas nominales.

A estos temas temporales se les deben añadir un conjunto de elementos. Estos incluyen la reduplicación y el aumento cuando sea necesario, la vocal temática correspondiente al verbo y las desinencias.

  • Vocal temática

En primer lugar debemos mencionar la vocal temática que aparece en los verbos temáticos. En estos casos se coloca una vocal temática entre la raíz y las desinencias. Esta vocal es ε-ο y se distribuye del siguiente modo:

  • Desinencias personales

En esta tabla vemos indicados el Indicativo y el Imperativo. Faltan el subjuntivo y el optativo. El subjuntivo sólo tiene presente, aoristo y perfecto. Las desinencias serán las mismas que en el Indicativo. Si nos fijamos en la tabla, éstas serán las llamadas primarias. Debemos tener en cuenta en primer lugar que el aoristo del subjuntivo no presenta aumento y en segundo lugar que hay un alargamiento de las vocales de unión ο-ε pasan a ser ω-η respectivamente. En los verbos contractos, se produce además una doble contracción porque la vocal del final de la raíz se combina con la vocal temática alargada. El optativo sigue las desinencias secundarias a excepción de la primera persona del singular -μι-. El rasgo más característico es la adición de la vocal ι que añadida a ο forman el diptongo -οι-. No obstante, en los anexos podremos ver las tablas con todas las desinencias ordenadas y en los ejemplos paradigmáticos también veremos varios modelos de conjugaciones, incluyendo algunos elementos que esta entrada introductoria han sido ignorados, como la terminación para el dual y las formas nominales del verbo.

Aquí debemos tener en cuenta las desinencias modales que nos indican el modo en el que está trabajando el verbo. Como podemos ver, las desinencias modales cambian en algunos casos para adaptarse al tema temporal. En otros casos o no se utilizan o son los mismos como es el caso en los futuros (en activa y media).

El esquema general que suele tener la flexión verbal es la siguiente:

[Reduplicación/aumento] Tema temporal + [Vocal temática] + Desinencias

Es decir, sobre un tema temporal, de los cuatro posibles, se añadirán las desinencias necesarias que nos indicarán el tiempo, la persona, el número y el modo. Entre el tema temporal y la desinencia personal que es fundamental, pueden ir otros elementos como la vocal temática en el caso de los verbos temáticos y la desinencia modal que nos puede indicar que estamos ante una voz y modo determinado. No todas las voces no utilizan un infijo característico, por eso su aparición es contingente.

Como ejemplo, tomaremos un verbo terminado en -ω (λύω). λύω es un verbo de la primera conjugación terminado en semivocal. Toma la vocal temática ε/ο. En muchos casos no se suele mostrar el futuro perfecto de indicativo porque este tiempo suele tener un sentido pasivo en muchos verbos.

Primero enunciamos λύω →  λύω, λύσω, ἔλυσα, λέλυκα (soltar, liberar, separar).

Ahora tenemos los cuatro temas principales para formar el presente, el futuro, el aoristo y el perfecto. Para ello sólo debemos fijarnos en la forma del verbo y extraer el tema quitándole la desinencia personal. De esta manera tenemos λύ-, λύσ-, λυσα- y λέλυκ-. Con estas cuatro formas fundamentales, podemos construir la tabla de conjugación de un verbo dado. Para ello debemos añadir al tema temporal las desinencias personales (DP), incluyendo las vocales temáticas (VT), los aumentos y las desinencias modales (DM) cuando sea necesario incluirlas.

[Reduplicación/aumento] Tema temporal + Desinencias

λύειAquí tenemos el tema temporal de presente típico unido a la desinencia que nos indica que es la Tercera Persona del Singular del Presente de Indicativo.

λύομαιTenemos de nuevo el tema de presente unido a la desinencia que nos indica que es la Primera Persona del Singular del Presente de Indicativo, pero en la voz media.

λύετεEn este caso nos encontramos con el tema de presente acompañado por un aumento. Con lo cual el tiempo es el imperfecto. Luego tenemos la vocal temática marcada en negrita y la desinencia que nos indica la Segunda Persona del Plural de Imperfecto de Indicativo.

λύσEstamosante el tema de aoristo. No tiene aumento, con lo cual no es de indicativo. La desinencia nos marca que es Aoristo, pero o bien la Tercera Persona del Singular de la Voz Activa o la Segunda Persona del Singular de la Voz Media. El contexto lo determinará.

λύσανTenemos el tema de aoristo, pero como esta vez nos muestra el aumento, sabemos que estamos ante el aoristo de indicativo, el conjunto -σα- nos indica la desinencia modal del aoristo y la terminación nos concreta que estamos ante la Tercera Persona del Plural del Aoristo de Indicativo.

λελύκαμεν→ Tenemos el tema λελύκα, el cual ya nos indica en sí mismo debido a la reduplicación y al aumento que es el Tema de Perfecto (-κα-) al que se le ha añadido la desinencia -μεν que nos indica la Primera Persona del Plural del Indicativo.

El siguiente link nos puede ayudar a consultar información sobre los verbos. En este caso sobre λύω.

[1] En el caso del aoristo hay que tener en cuenta que fuera del modo indicativo, se deben añadir los aumentos.

[2] En algunos verbos que empiezan por ε, la contracción resultante es ει en lugar de η porque dichos verbos tradicionalmente terminaban en consonante. Entre estos podemos mencionar ἐάω (permitir), ἐθίζω (acostumbrarse), ἐλίττω (rodar), ἕλκω (dibujar), ἕπομαι (seguir).

 

Ananke

Historiador y psicólogo. Investigador independiente.

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