Latín Fonética II [1]. Siguiendo con mi guía personal de latín. En esta lección de gramática latina, expondré la segunda parte de la fonética del latín, los cambios fonéticos más frecuentes, tanto vocálicos como consonánticos, dedicando también un breve apartado a las consonantes finales y a la epéntesis. Como ocurre en otros idiomas, en el latín se producen cambios fonéticos frutos de adición o conjunción de prefijos o sufijos que pueden incluso alterar a la propia raíz de la palabra originaria. Además del material expuesto en la bibliografía, también debo recomendar un manual interesante enfocado a la fonética del latín, Estudios de fonética y morfología latina, publicado en 1950 por Pariente, A. y que se puede consultar parcialmente en esta sección.
Cambios vocálicos.
1) Apofonía. Son cambios vocálicos que de acuerdo a las normas de la gramática latina que ocurren dentro de una raíz o sufijo. Una vocal breve que se encuentra dentro de una sílaba interior abierta suele cambiarse por otra, principalmente i, u, e, o en diferentes situaciones.
Cambio por i. Si la vocal va continuada por consonantes (d, t, n, c, g, li). [caput → capitis; cado →incido; facio → conficio; salio → desilio].
Cambio por u. Ocurre ante la, le, lo, lu. [sicilia → Siculus; familia → famulus].
Cambio i/u ante b, p, f, m. [habeo → adhibeo; manus → manibus; emo → redimo].
Cambio por e/o ante r. [cinis → cineris; corpus → corporis].
Aunque la sílaba interior cerrada suele permanecer invariable, las vocales a, o pueden intercambiarse por o, u ante la combinación de dos consonantes. [aptus → ineptus; montem → promunturium].
2) Síncopa. Ocurre cuando la vocal breve entre dos consonantes se pierde.
[calidus → caldus; valide → valde].
3) Aparición de vocales. Entre dos consonantes, cuando la segunda es líquida o nasal (m, n, l, r), puede aparecer una vocal intermedia para permitir su mejor pronunciación. [seclum → secŭlum].
4) Vocales de unión. Cuando se produce una conjunción entre un tema que acaba en consonante y una desinencia que empieza también por consonante, aparece una vocal de unión (e, i, u). [consul + m → consulem].
5) Cambios en sílaba final. En la sílaba final, las vocales pueden desaparecer. A veces se pueden cambiar a la letra e (las o en sílaba final cerrada puede pasar a u).
[mari → mare; dice → dic; dederont → dederunt].
6) Contracción. Dos vocales se pueden contraer para evitar el hiato. [coagito → cogito; deago → dego]. También se suelen contraer los diptongos, dejando las vocales ĭ, ŭ. [deico → dico; noutrix → nutrix].
7) Alargamiento. Cuando se pierde una consonante, la vocal contigua se suele alargar para compensar la pérdida consonántica. [sexdecem → sēdĕcim].
6) Cambios de raíz. La parte vocálica de la raíz puede sufrir alteraciones (modificación, sustitución o desaparición) y aunque la parte consonántica es invariante, ante ciertos cambios vocálicos, se pueden producir transformaciones como el intercambio entre d–l. [tĕgo – tŏga].
Cambios consonánticos.
En la fonética del latín, al igual que hay cambios vocálicos, también hay modificaciones a nivel consonántico, produciéndose a veces una combinación de ambas, con las consiguientes contracciones o elisiones.
1) Rotacismo. Se trata de un cambio que se produce paulatinamente en el latín a partir del siglo IV a. C. y que implica que la s entre varias vocales pasa a r. [opus → Operis; cinis → cinĕris]. No obstante, muchas palabras incorporadas posteriormente no sufrieron este proceso aunque sí llegó a influir sobre la propia declinación, por eso podemos encontrar casos dobles en el NOM singular de algunas palabras (arbos-arbor; honos-honor).
2) Asimilación. Ocurre en latín que dos consonantes en contacto tienden a asemejarse o igualarse. Puede ocurrir que la asimilación sea progresiva o regresiva, es decir, que la influencia se ejerza hacia el final de la palabra o hacia el principio respectivamente. Puede afectar de varias maneras.
2.1) A la sonoridad.
Oclusiva sonora se convierte en sorda ante una oclusiva/fricativa sorda [tego → tectus].
Oclusiva sorda se convierte en sonora ante una nasal (m, n). [seco → segmentum]. También la consonante s ante una nasal o las consonantes l-r.
2.2.) Al modo de articulación.
Oclusiva + f → ff [adfero > affero]
Oclusiva dental + s → ss aunque en posición final, se simplifica quedándose con una sola s. [milets > miless > miles].
Oclusiva + n → nasal + n [sopnos → somnus]
Transformaciones comunes: dr > rr; di > ll; nr > rr, nl > ll; rs > rr; ls > ll.
2.3.) Al punto de articulación.
Es siempre regresiva, es decir, la fuerza de asimilación la ejerce la última consonante sobre la primera.
Oclusiva labial/dental se convierte en gutural cuando antecede a una gutural [adgero > aggero]
Oclusiva dental + t da lugar a ss. [cad–tus → cassus]
Delante de una oclusiva nasal, debe haber otra del mismo género [tamquam > tanquam]
La combinación s + f da lugar a ff. [disfero > differo].
Otras combinaciones como ms > ns. [cum + servus → cunservus] y mn > mm [in + mineo → immineo] [2]
3) Consonantes finales
Dos consonantes iguales se reducen a una sola cuando quedan al final de la palabra. [fell-is → fel].
Dos consonantes que en conjunción equivalen a una consonante doble son sustituidas por ésta [legs > lex]
Cuando hay dos consonantes desiguales finales que no son una combinación de oclusiva + líquida y que tampoco son sustituibles por una consonante doble, se pierde la última [lactis → lact]. [3]
Muchas consonantes finales se han perdido en las declinaciones. Por ejemplo la d final se pierde tras vocal larga en los ablativos del singular de 1ª y 2ª declinación [praedād>praedā] y también ocurren fenómenos de contracción y desaparición en el NOM singular de la tercera declinación [nocts → nox, noctis]. Muchas particularidades de la fonética del latín a veces no se aprecian porque vienen dados en las propias tablas con sus respectivas flexiones.
Epéntesis.
Entre una m y una s/t, puede aparecer intercalada una p a modo de adición de manera análoga a la que ocurre con la aparición de vocales o las vocales de unión. [prom–tus > promptus]. Este cambió fonéntico del latín también es llamado samprasarana y fue observado por primera vez en el sánscrito.
Aquí termina la explicación de la fonética II del latín.
[1] A esta parte, Fonética II del latín, le antecede una primera parte. No obstante, muchas de estas alteraciones fonéticas pueden ir viéndose durante los ejercicios y el estudio de las declinaciones.
[2] La excepción es hiems.
[3] Si el grupo consonántico final es una oclusiva/f + una líquida, suele aparecer una vocal e entre ambas,